¿A quién corresponde la promoción de la salud mental?


¿A quién corresponde la promoción de la salud mental?

¿Quién o quiénes deberían de promocionar la salud mental? Solemos indicar a las autoridades del sector salud como los que deben promocionarla, pero cada persona que sabe sobre la necesidad de prevenir la salud mental está en la obligación moral de promocionarla en su círculo social. 

La promoción de la salud es una acción social. Baum considera que es la “nueva” salud pública (Baum 1998). La promoción de la salud establece una relación entre el estilo de vida y la enfermedad y el desarrollo de hábitos (práctica regular de ejercicios, comer sano).

Esta acción social implica la difusión de información sobre el cuidado de la salud, “nadie hace lo que no sabe”. Con la difusión de información clara y constante sobre la salud se podría evitar la pérdida de muchas vidas, como también el ahorro para la nación como consecuencia de tener que invertir menos en la recuperación de la salud deteriorada de sus habitantes.

La carta de Ottawa del año 1986 en relación a la promoción de la salud desafía a las naciones firmantes a desarrollar planes y proyectos que conlleven a proporcionar a sus habitantes los medios necesarios y suficientes para en primer lugar mejor su salud y en segundo lugar aprenda a ejercer un mayor control sobre ella.

Debe ser preocupación de los gobernantes que sus ciudadanos alcancen un estado adecuado de bienestar físico, mental, social, psicológico y psicofisiológico. El individuo debe tener la oportunidad de gozar de una buena salud, para ello la información es primordial.

Gozar de vida saludable implica contar con bases sólidas que la sostengan y consoliden, tales como la paz, la educación, la vivienda, la alimentación, un ecosistema estable, la justicia social, la equidad e ingresos razonables. Estas bases harán que el individuo tenga estabilidad emocional, cuyo desequilibrio suele ser la causa de muchas enfermedades.

Promocionar la salud no es un gasto es una buena inversión. (Famp.es)

La prevención de los trastornos mentales del mismo modo que las enfermedades físicas se basa en los principios que tienen todo Estado para la salud pública. La prevención de los trastornos mentales de afrontan desde tres ángulos:

a)    La prevención universal: Dirigida a toda la población en general o a un grupo en particular que aún no ha sido identificado con riesgo alguno.

b)    La prevención selectiva: Dirigida a personas o grupos de la población que presenten riesgo de desarrollar un trastorno mental muy por encima del 50% de probabilidades; probabilidades que se evidencia por factores de riesgo biológicos, psicológicos o sociales.

c)    La Prevención indicada: Dirigida a personas que muestran síntomas de un trastorno mental, estos síntomas pueden ser mínimos pero detectables o que por su herencia genética son candidatos a desarrollar algún trastorno mental.  (Continental, 2016)

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